Prefacio

”La Comuna tuvo que reconocer desde el primer momento que la clase obrera, al llegar al poder, no puede seguir gobernando con la vieja máquina del Estado que, para no perder de nuevo su dominación recién conquistada, la clase obrera tiene, por una parte que barrer toda la vieja máquina represiva utilizada hasta entonces contra ella, y por otra parte, precaverse contra sus propios diputados, declarándolos a todos, sin excepción, revocables en cualquier momento”
Karl Marx


”Es el pueblo el que decide, es la comunidad la que decide, no somos nosotros, no es Chavéz el que va a decidir... Son ustedes los que deciden, es el poder popular, es la democracia directa, a través de las asambleas populares, a través de la participación, el protagonismo popular.
Hugo Chavéz Frías

        Muchos han sido los movimientos democratizadores o de empoderamiento del pueblo a lo largo de la Historia, gran parte de ellos derrotados de una u otra forma, aunque siempre dejando un rastro centenario de experiencias positivas y negativas, de prácticas eternamente válidas, de otras extremadamente utópicas, pero todas ellas inspiradas y guiadas por un instinto “revolucionario” entendido este como elemento transformador de una realidad imperfecta. Por supuesto, también han existido innumerables movimientos reaccionarios, que con la bandera de la supuesta democracia han confrontado con los primeros en una magnitud tal que en más de una ocasión han situado a las distintas sociedades – e incluso a la propia humanidad – al borde del abismo.
Desde la democracia ateniense hasta los movimientos asamblearios de masas en los inicios del siglo XXI, pasando por la Revolución Francesa, la Comuna de París, la Revolución Rusa o las Revoluciones latinoamericanas, el mundo ha presenciado grandes pasos adelante de la Humanidad, y también grandes traspiés, emboscadas y pasos atrás.
Señaló Karl Marx que “la desvalorización del mundo humano crece en razón directa de la valorización del mundo de las cosas”, y bien podríamos recuperar esta afirmación para una época como la actual en la que la Revolución Tecnológica ha superado con creces la repercusión que en su día tuvo la Revolución Industrial, mundializando las contradicciones de un sistema levantado sobre la explotación y el empobrecimiento, y que genera al mismo tiempo en sus entrañas una fuerza contraria y democratizadora que puede hacerlo saltar por los aires.
La Revolución Tecnológica y la era de la Comunicación sirven, por un lado, a la globalización de la economía y la explotación, aunque por otro a la mundialización de la Resistencia.

El presente blog pretende, de una manera lo más simple y concisa posible, ligar los procesos de empoderamiento social a lo largo de la Historia con las luchas contemporáneas que van en esa dirección, desea suministrar insumos para el debate popular en el proceso de empoderamiento de las fuerzas democráticas para asaltar el poder real en un momento en el que los “mercados” han asaltado el poder político en el mundo.

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